Ese amigo, X, sólo podía ser él con una persona a la que nunca ha conocido, un amigo por correspondencia que sentía era una misteriosa persona en otro lado del mundo que le entendía y leía sin pedir nada a cambio.

La madre de X estuvo revisando el cuarto de su hijo como de costumbre, leyó cosas que no debían haber sido leídas por ella, cosas personales y secretas. La madre de X entró en un estado colérico, le contó al padre de X lo que estaba en las cartas que su hijo había escrito, cosas bizarras y ocultas.
Cuando X llegó de la escuela, sus padres le agarraron cada uno de un brazo y le sentaron con agresividad, le pidieron una explicación por el contenido de las cartas, X empezó a llorar y no dijo nada.
Sus padres empezaron a amenazarlo con no dejarlo salir más, y castigarlo y destruir las cartas que le había enviado su amigo desde quien sabe donde, X siguió llorando y ya dejaba de escuchar lo que decían sus padres.
Los padres de X empezaron a golpearlo esperando sacarle respuesta a su hijo, quien no soltaba palabra. Al ver que nada de lo que hacían funcionaba, los padres de X empezaron a insultarle también. X ya no podía más, simplemente se levantó y empezó a correr, sus padres intentaban atraparlo, pero no lo alcanzaban, X salió al jardín, sus padres casi le alcanzan, pero se pararon en seco al ver como su hijo se alzaba en vuelo, X dejó de llorar, sus padres aún veían a su hijo en el aire, empezaron a llorar, X se veía ahora en paz, sus padres intentaron agarrarle un pié, pero estaba ya muy alto, X ascendió a los cielos y nunca más fue visto. Los padres empezaron a llorar, X ya no estaba, ahora se sentían solos y se sentían arrepentidos.
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